Tú tienes un área de genialidad
De hecho, si has montado tu propio negocio, creado tu marca personal o estás escribiendo tu propio libro, es porque sabes que tienes algo que aportar, algo que te diferencia de los demás.
Y yo me pregunto… ¿Por qué no dedicarte solo a lo que mejor se te da?
¡Aquí es donde entro en escena!
Soy Sarah, copywriter y correctora profesional. Y maestra. Y lingüista. E historiadora. Y…
¡Ay, madre! Ya te estoy haciendo el lío. Mejor comencemos por el principio (calma, que no vas a leer una autobiografía de 300 páginas).
Mi pasión por escribir comenzó a los 8 años, cuando empezó mi devoción por la lectura. Y sí, digo devoción porque fácilmente leía una media de tres libros por semana.
Comencé a escribir mi primer libro a los 10 años en un ordenador más viejo que Jordi Hurtado. ¡Llegué a superar las 100 páginas! Hasta que mi ordenador decidió coger un berrinche, estropearse y borrar todo lo que contenía.
Y yo sin guardar nada en ningún CD. Ilusa de mí.
Vamos a dar un salto en el tiempo, hasta llegar a mis 17 años. Fin de bachillerato y selectividad. El momento en el que tienes que decidir tu futuro y… yo no lo tenía muy claro. Lo que realmente quería era vivir de escribir, pero esa opción no está en la lista de carreras.
Un poco a lo loco, terminé estudiando para ser maestra en Educación Infantil, especializándome en el alumnado con dificultades comunicativas. No entré por pura vocación docente, pero aprendí a amar la enseñanza. Tal vez allí empezó a germinar la idea de enseñar a comunicar.
Una vez que terminé la carrera, sentía que necesitaba aprender más e hice lo que muchos creen que fue una auténtica locura: matricularme en Historia y Lengua y Literatura… a la vez que comenzaba a trabajar como dependienta en una tienda en la que me hicieron responsable.
¿Cómo he podido compaginarlo todo? Es posible, pero no fácil. He tenido que quedarme muchas noches desvelada para poder llegar.
Y sí, esto puede que suene muy típico… Tenía un trabajo fijo, estable dentro de lo que cabe, bla bla bla… Pero sentía que me estaba alejando de lo que de verdad quería hacer con 17 años, lo único claro que tenía. Vivir de escribir.
Y ahí estaba, nueve años después, sin haber hecho nada por conseguirlo.
Hasta que descubrí que había otra forma para vivir escribiendo.
MI PROPÓSITO
Ayudarte a ti y a cualquier otro negocio o marca personal a tener su hueco dentro del mundo digital
De acuerdo a un análisis de la consultora tecnológica Akimad, más de un 80 % de las empresas fracasan debido a que no tienen una estrategia digital.
Teniendo al alcance el mayor mercado, que es internet, cualquier negocio debería poder ofrecer lo que tiene que dar sin que le frene el miedo a no saber cómo desenvolverse en el entorno online.
MI VISIÓN
Conseguir que la comunicación sea la clave de tu negocio en internet
Los buenos vendedores se han distinguido siempre por ser buenos comunicadores. ¿Por qué iba a ser distinto en el mercado online?
Sí, internet está plagado ya de emprendedores que venden lo mismo que tú. Y lo mismo que yo. Aunque así sucede también con los negocios físicos. En mi barrio, por ejemplo, hay peluquerías hasta debajo de las piedras… y casi todas siguen ahí, al pie del cañón.
Algunos clientes se decantarán por una o por otra por los precios, pero la mayoría escoge su peluquería por los resultados (¡obvio!)… y porque conectan con las personas detrás del negocio.
Que por muy bien que te corten el pelo, si te toca siempre el borde de turno no vas a volver.
Esa conexión se produce gracias a la comunicación.
Solo se trata de trasladar lo que tú ya tienes en palabras.
MI MISIÓN
Tú éxito
Directo y sin rodeos. De nada sirve que te diga que todo esto es maravilloso y perfecto si, al final, no se ven los resultados. Si tú vas con todo, yo igualo la apuesta y los dos ganamos.
Para conseguirlo, te ofrezco varios servicios, todos ellos orientados a impulsar la comunicación digital de tu negocio. Tú escoges cómo quieres que te ayude.
MIS VALORES
Curiosidad
Sí, soy muy curiosa (que no cotilla). Estoy apuntada en 2 carreras (cursos aparte) y tengo todavía ganas de más. Me encanta aprender casi cualquier cosa (aunque el mundo informático se me hace bola) y me gusta estar al tanto de todo lo que sucede en los ámbitos en los que me formo.
Como ves, soy una chica polivalente. Por eso, no me supone ningún problema que tu nicho sea algo que «no he estudiado». Da igual si necesitas que hable de Feng Shui, moda, comida… Me pongo a ello enseguida.
Humor
Flexibilidad
Esfuerzo
¿Digo que soy una persona que se esfuerza mucho porque queda muy bonito y profesional? Para nada. Como ya te he comentado, desde hace años que compagino jornadas completas de trabajo (y más de 40 horas a la semana) con la Universidad y otras formaciones, todo a la vez.
Te aseguro que esto no se saca así a la ligera, sino que hay que ponerle empeño y sí, mucho esfuerzo. Porque no me conformo con realizar mis tareas o con aprobados raspados.
Si quieres hacer algo, hay que darlo todo desde el principio. Y más si confían en ti para hacerlo.
¿Cómo no voy a hacer lo mismo con tu proyecto?
Responsabilidad
Y como sé el trabajo que lleva cada proyecto y el esfuerzo que acarrea, ten también por seguro que nunca voy a coger un trabajo si sé que no dispongo de tiempo para llevarlo a cabo en condiciones.
Por si quieres cotillear un poco más sobre mí
Soy universitaria de por vida
De hecho, algunos amigos tienen hecha una porra para ver cuál será la siguiente carrera que haga.
Me encanta hacer escapadas sola
En mi antiguo trabajo me costaba mucho coincidir con mis amigos, así que comencé a viajar sola… Y de esos viajes tengo las anécdotas más divertidas.
Lo único que me gusta del frío...
... es que puedo ponerme gorros monos. Los que tienen dos pompones me aluciflipan.
Soy fan incondicional de Harry Potter
También me gustan el Señor de los Anillos, Star Wars, Marvel, mucho anime y manga… Pero Harry Potter fue la saga que me robó el corazón de pequeña.
Mi casa soñada tiene que tener una biblioteca
Si es al estilo de La Bella y la Bestia, mejor. Casi no me compro libros porque no me entran donde vivo ahora mismo.
Nací en Francia
De ahí que mi nombre se escriba con «h» (no, no es por postureo). Sin embargo, al venir a vivir a España unos señores poco majos me quitaron la letra en mis documentos.